Una lectora llamada Carmen nos ha hecho llegar una queja que quería presentar ante todo el mundo, como una manera de contar su mala experiencia con este veterinario, ya que no ha encontrado otra forma de explicarlo objetivamente en la red. Pone como ejemplo que Google Maps no le dejó mostrar el texto que redactó y envió como reseñan sobre el sitio, pero otras opiniones que bien podrían ser puestas por el propio negocio debido a su tono de peloteo, sí figuran sin problema:
Perra Fox Terrier.
“La opinión que tengo de estos veterinarios de la Avenida del Puerto de Valencia es que sólo quisieron sacarme el dinero, o que son tremendamente torpes y poseen ínfimos conocimientos en salud de animales. Tengo una perra Fox Terrier que perdía sangre con la orina. Tras realizar varias pruebas costosas (dos ecografías por distintos veterinarios del centro, analíticas de sangre y orina, con una de ellas que hasta enviaron a Madrid), me recomendaron operarla para vaciarla, y así poder ver de dónde provenía la sangre. Pero tras la operación seguía sangrando y ya lo último que me dijeron era de hacerle un cultivo de sangre, pues seguían sin saber de dónde procedía el sangrado.
Como en ese tiempo me cambié de domicilio y pasaron los meses sin respuesta sobre el cultivo que habían hecho (hasta para eso fueron informales), decidí llevarla a otro veterinario en el pueblo donde vivo ahora. En la primera prueba que hicieron con un ecógrafo en este veterinario nuevo, detectaron varias piedras en la vejiga. En total eran 17 piedras y arenilla, la mayor con un grosor de 1,4 cm. La veterinaria me dijo que por el tamaño de esas piedras, ya debían estar presentes cuando en el otro veterinario hicieron todas las pruebas. Vamos, que esas piedras tenían ya tiempo dentro de la perra, y sólo hacía dos meses que le habían hecho el escaner en la clínica de la Avenida del Puerto de Valencia, y en aquel entonces deberían haber detectado las piedras sí o sí.
Hoy día 27-05-2013 he operado a la perra en este otro veterinario y me han dejado llevarme las piedras como recuerdo, que cuelgo aquí a modo de prueba de la incompetencia del equipo veterinario de la Avenida del Puerto de Valencia. Es increíble que siendo un grupo extenso de especilistas en animales, no detectaran las piedras en una simple ecografía.
Esta es la foto de algunas piedras, las otras se las quedó la veterinaria.
La especialista de este otro centro detectó las piedras en menos de un minuto con el ecógrafo, mientras que los veterinarios de la Avenida del Puerto no lograron dar con nada tras varios exámenes y visitas. La especialista que ha operado hoy a mi perra, me ha dicho que no entiende cómo no detectaron nada estos otros veterinarios cuando la operaron antes para vaciarla, pues dice que con sólo palpar la vejiga desde fuera, se notan los cálculos.
Esta ineptitud de los veterinarios de la Avenida del Puerto de Valencia le ha costado a mi perra varios meses de sangrado, que tenga la vejiga ahora de un grosor anormal y problemático de manera crónica, aparte de una dermatitis seborréica permanente de por vida debido al episodio de estrés. No entiendo cómo juegan con la salud de los animales de esta forma, haciendo ver que tienen mucha gente en plantilla, varios veterinarios, quirófano y maquinaria, pues la otra veterinaria que ha detectado los cálculos de la vejiga con el ecógrafo, tiene una consulta muy humilde.
Una muestra de que no puedes fiarte de que una consulta de veterinaria pueda parecerte muy competente por lo grande o equipada que sea, ya que parece que lo único que deben tener enorme es la ignorancia de no saber detectar unas piedras de gran tamaño en la vejiga o simplemente haberlas notado cuando la abrieron para operarla. Desde luego que han perdido un cliente y mi historia la voy a proclamar a los cuatro vientos para que se sepa la verdad. Mi opinión sí es sincera porque me mueve el escribirla debido a que es lo único que puedo hacer ahora como método de protesta.
Mi único consejo es que no os dejéis engañar por una apariencia de clínica veterinaria grande como esta de la Avenida del Puerto de Valencia y siempre busquéis una segunda opinión como en mi caso (aunque yo tardé en hacerlo), pues vuestras mascotas pueden terminar mal por la incompetencia de un centro veterinario.”
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